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Los anfibios, los grandes afectados por la escasez de lluvias de este invierno

Gallipato (Pleurodeles waltl). Foto: Rosa Arribas

El muestreo invernal de anfibios, que realiza anualmente Equipo de Seguimiento de Procesos Naturales de la ICTS-RBD en 24 localidades del Espacio Natural de Doñana, se ha llevado a cabo durante las dos últimas semanas de enero. La acusada sequía que estamos viviendo (109 l/m2  desde septiembre a diciembre 2021) ha afectado a este grupo de forma considerable y no presenta unos datos positivos este año, ya que sólo 13 de los 24 puntos tenían agua en el momento del muestreo. Hemos detectado anfibios en un total de 9 localidades (una en la marisma, un arroyo, 6 lagunas y un "zacayón", nombre que se da localmente a las excavaciones artificiales de agua para el abastecimiento del ganado y otros animales). De las 11 especies de anfibios que hay en Doñana (que incluyen 5 endemismos ibéricos), sólo hemos observado 7 de ellas y un total de 353 individuos, un número casi 20 veces inferior al del año pasado por estas mismas fechas.

Las especies que han sido detectadas en el mayor número de localidades han sido el sapo de espuelas en su fase larvaria (Pelobates cultripes) y adultos de gallipato (Pleurodeles waltl), en 4 y 3 localidades respectivamente. Estas especies son comunes en Doñana y están asociadas a cuerpos de agua más permanentes ya que, en el caso del sapo de espuelas, el desarrollo larvario puede durar entre 3 y 6 meses.

El resto de especies tan sólo han sido detectadas en una localidad, lo que indica las dificultades que han tenido los anfibios para encontrar hábitats idóneos para su reproducción. El sapillo pintojo (Discoglossus galganoi), uno de los endemismos ibéricos, ha sido el anfibio más abundante en número, con numerosos renacuajos observados en pequeños charcos aislados en una localidad de marisma. El año pasado por estas fechas había llovido prácticamente el doble, favoreciendo la existencia de pequeñas charcas someras ideales para las puestas del sapo corredor (Epidalea calamita), casi ausente en los muestreos de este año.

Si no llueve en estas fechas, las especies más tempranas (sapo corredor, sapo de espuelas o sapillo moteado ibérico, Pelodytes ibericus) lo tendrán más difícil para reproducirse o para completar su reproducción si los pocos cuerpos de agua que se han formado terminan secándose antes de su metamorfosis. Habrá que esperar al muestreo de primavera para constatar la continuidad de la presencia de agua en las localidades muestreadas y comprobar si las larvas de anfibios detectadas han completado con éxito todo el desarrollo larvario y si aparecen puestas y renacuajos de otras especies que se reproducen más tarde, como la ranita meridional (Hyla meridionalis).