La creación de la Estación Biológica de Doñana en 1965 y del Parque Natural cuatro años después nos parece hoy de sentido común: un paso necesario, aunque difícil, para preservar un paraje único. Sin embargo, en su época fue una anomalía en al menos dos sentidos. Dentro de España, fue el primer parque no alpino y también el primero cuyo fin explícito no era proteger el paisaje nacional sino la fauna internacional. Fuera de nuestras fronteras, la anomalía viene por el papel de la WWF, una organización creada para resolver problemas muy específicos relativos a parques africanos en plena descolonización. Esta charla trata de explicar ambas anomalías mediante persiguiendo las conexiones internacionales de Doñana mediante el concepto de "diplomacia ecológica". Este concepto apunta a un momento histórico muy concreto tanto en términos geopolíticos como científicos.