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El sorprendente estilo de vida nómada del búho campestre

En la parte superior de la imagen se muestran búhos campestres equipados de emisores GPS para seguir sus movimientos. Abajo, los investigadores François Mougeot (IREC) y Fernando Jubete (Universidad de Valladolid) realizando la captura de un búho campestre.

Un estudio internacional con participación del IREC-CSIC y la Estación Biológica de Doñana revela los patrones de movimiento de los búhos campestres.

Los resultados muestran que se mueven a distancias inesperadamente largas y que nidifican en lugares muy distanciados entre sí

Los resultados muestran un grado de movimiento inesperadamente grande en los individuos rastreados, con algunas de las aves marcadas viajando ampliamente por Europa y el norte de África. Algunos individuos fueron seguidos durante la nidificación a lo largo de dos temporadas, y las distancias entre los lugares de nidificación utilizados por los mismos individuos en años consecutivos oscilaron entre 41 y 4.216 km. Hasta donde sabemos, éstas representan algunas de las distancias más largas conocidas entre lugares de nidificación de cualquier ave. Increíblemente, una hembra marcada en su nido en Escocia crió dos veces en el mismo año, una en Escocia y otra en Noruega.

Estos sorprendentes movimientos parecen deberse a la necesidad de encontrar lugares con suficientes presas donde criar grandes nidadas. La abundancia de la presa favorita de los búhos campestres, el topillo, puede variar notablemente, tanto en el tiempo como en el espacio, lo que convierte a estos roedores en un recurso alimenticio impredecible. Aunque los búhos campestres pueden cambiar de presa cuando los topillos no están disponibles, su respuesta más habitual es desplazarse a otras zonas, lo que da lugar a movimientos irruptivos o nómadas, aunque ello tenga sus consecuencias en términos de supervivencia: menos de la mitad de los individuos adultos sobreviven de un año para otro.

Los resultados muestran un grado de movimiento inesperadamente grande en los individuos rastreados, con algunas de las aves marcadas viajando ampliamente por Europa y el norte de África. Algunos individuos fueron seguidos durante la nidificación a lo largo de dos temporadas, y las distancias entre los lugares de nidificación utilizados por los mismos individuos en años consecutivos oscilaron entre 41 y 4.216 km. Hasta donde sabemos, éstas representan algunas de las distancias más largas conocidas entre lugares de nidificación de cualquier ave. Increíblemente, una hembra marcada en su nido en Escocia crió dos veces en el mismo año, una en Escocia y otra en Noruega.

Estos sorprendentes movimientos parecen deberse a la necesidad de encontrar lugares con suficientes presas donde criar grandes nidadas. La abundancia de la presa favorita de los búhos campestres, el topillo, puede variar notablemente, tanto en el tiempo como en el espacio, lo que convierte a estos roedores en un recurso alimenticio impredecible. Aunque los búhos campestres pueden cambiar de presa cuando los topillos no están disponibles, su respuesta más habitual es desplazarse a otras zonas, lo que da lugar a movimientos irruptivos o nómadas, aunque ello tenga sus consecuencias en términos de supervivencia: menos de la mitad de los individuos adultos sobreviven de un año para otro.

Los tipos de movimientos registrados en este estudio, así como su escala, implican que no existen poblaciones separadas de búho campestre en gran parte de Europa, sino que más bien existe una única población potencialmente integrada en la mayor parte del área de distribución de la especie. Este nuevo conocimiento tiene implicaciones significativas para los intentos de proteger y conservar al búho campestre, pues subraya la necesidad de recopilar información sobre sus poblaciones a escalas geográficas suficientemente amplias y/o a largo plazo y pone de manifiesto la necesidad de planificar las medidas de conservación de esta especie a escalas mayores de las que se habían considerado hasta ahora.

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