Probando un sistema de monitoreo remoto para el censo y seguimiento de una colonia de cernícalos a través de sus reclamos

El investigador Javier Bustamante, de la Estación Biológica de Doñana, instala una grabadora digital en el silo de Baena. Foto: José Maria Ayala
El equipo científico del proyecto SIMMRE - Sistemas Inteligentes Multi-Sensoriales para Monitorización Remota de Especies ha puesto en marcha un estudio en diferentes localidades de España con colonias de cernícalo primilla, que tendrá como objetivo evaluar la efectividad de la ecoacústica para estimar el número de parejas que conforman una colonia y realizar un seguimiento de forma remota. En el proyecto participan la Estación Biológica de Doñana y el Instituto de Microelectrónica de Sevilla, ambos del CSIC, además de la Universidad de Sevilla.
Uno de los lugares seleccionados ha sido el silo de Baena que cuenta con una colonia de cernícalos primilla iniciada en 2012 por la asociación GREFA y Groden-Ecologistas en Acción, que se encargan asimismo de realizar censos, seguimientos periódicos y anillamientos de los ejemplares recién nacidos cada año. Además del silo de Baena, el estudio abarcará otras colonias en Andalucía, Extremadura y Aragón participarán en el estudio, como la del silo de La Palma del Condado en Huelva, la del núcleo de Huerta Tejada en Doñana y la de la Iglesia de Ribera del Fresno en Badajoz, entre otras.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo ha instalado grabadoras digitales en cada ubicación. Estos dispositivos registran los sonidos durante un minuto de cada diez durante las dos horas posteriores al amanecer y las dos previas al atardecer, los momentos de mayor actividad de los cernícalos en sus dormideros. Los datos obtenidos se contrastarán posteriormente con censos y registros de anillamiento para evaluar la precisión del método.
El proyecto SIMMRE está financiado por el Plan Complementario de Biodiversidad de la Junta de Andalucía con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, NextGenerationEU.

Hembra de cernícalo primilla en el silo de Baena (Córdoba). Foto: José María Ayala
