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Una nueva especie fósil de 150 millones de años con una singular adaptación podría revelar el origen de los mosquitos no picadores

08 Octubre 2025

Una nueva especie fósil de 150 millones de años con una singular adaptación podría revelar el origen de los mosquitos no picadores

El hallazgo, liderado desde la Estación Biológica de Doñana, constituye el registro más antiguo conocido en el hemisferio sur de los quironómidos, una familia de insectos no picadores claves en los ecosistemas de agua dulce y muy vulnerables al cambio climático. La nueva especie presenta unos discos de succión para fijarse a rocas, una adaptación evolutiva que se pensaba exclusiva para especies marinas.

Un equipo científico internacional liderado desde la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha descrito una nueva especie de insecto fosilizado procedente del periodo Jurásico australiano, con más de 150 millones de años de antigüedad. Se trata del miembro más antiguo conocido en el hemisferio sur de la familia de los quironómidos (Chironomidae), unos mosquitos no picadores que habitan en ambientes de agua dulce. El fósil presenta una singular adaptación evolutiva: un mecanismo que podrían haber usado para adherirse con firmeza a las rocas de su entorno. Hasta ahora se pensaba que este mecanismo era exclusivo de especies marinas.

Los restos fosilizados se encontraron en el yacimiento de peces fósiles de Talbragar, situados en la región de Nueva Gales del Sur. El estudio publicado en Gondwana Research, ha contado también con la participación del Australian Museum Research Institute, la Universidad de Nueva Gales del Sur, la Universidad de Múnich y la Universidad Massey de Nueva Zelanda.

La mosca de las aguas estancadas

“El hallazgo de este fósil, el más antiguo registrado en el hemisferio sur de los quironómidos, sugiere que este grupo de animales de agua dulce se originó en el antiguo supercontinente de Gondwana”, explica Viktor Baranov, investigador de la Estación Biológica de Doñana y primer autor del estudio.

La nueva especie ha sido bautizada con el nombre de Telmatomyia talbragarica, que podría traducirse como “mosca de las aguas estancadas”, en honor al hábitat pantanoso de Talbragar. 

Durante la investigación se analizaron seis especímenes fosilizados, correspondientes a pupas y adultos en fase de eclosión que presentaban un disco de succión terminal. Este mecanismo permite a especies marinas aferrarse a rocas en hábitats afectados por mareas y corrientes y hasta ahora se creía exclusivo de este grupo. Sin embargo, los datos sedimentológicos y paleontológicos de Talbragar indican que este se trataba de un paleoambiente de agua dulce, lo que destaca la plasticidad fenotípica de los quironómidos.

Nuevas pistas sobre el origen de la familia

El análisis de individuos Podominae, se ha empleado como sistema modelo para estudiar patrones de distribución y de origen de la diversidad biológica.

Las primeras teorías señalaban que los mosquitos de la esta subfamilia eran originarios de Gondwana septentrional y que posteriormente se expandieron hacia Laurasia, el supercontinente ubicado en el hemisferio norte. Sin embargo, su registro fósil es escaso debido a los sesgos tafonómicos y a la falta de estudios centrados en los fósiles del hemisferio sur.

Más adelante, el descubrimiento de fósiles más antiguos en Eurasia, datados del Jurásico, llevó a nuevas interpretaciones que proponían que su origen estaba en Laurasia.

Ahora este estudio aporta una sólida evidencia que apunta hacia la primera hipótesis, la que sugiere que la familia Chironomidae se originó probablemente en el hemisferio sur antes de dispersarse y expandirse por el resto del mundo.

Los Podonominae de hoy en día se encuentran casi únicamente en el hemisferio sur y su distribución fragmentada (América del Sur, Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda) es un ejemplo clásico de vicarianza. Este fenómeno ocurre cuando una barrera geográfica, ya sea una montaña o un río, separa a una población de una misma especie, obligándolas a evolucionar de manera independiente y ocasionando el nacimiento de nuevas especies. Esto mismo ocurrió con las poblaciones de Podonominae tras la ruptura de Gondwana según apuntaba el entomólogo sueco Lars Brundin en 1966.

Limitaciones por la escasez de fósiles en el hemisferio sur

Aunque este descubrimiento cubre una importante brecha en el registro fósil del linaje, la compresión de la historia evolutiva de este grupo se sigue viendo limitada por la escasez de fósiles en el hemisferio sur. La mayoría de fósiles conocidos de Podonominae provienen del hemisferio norte, con solo dos excepciones extraídas del hemisferio sur: un espécimen del Eoceno de Australia y otro del Paleoceno de la India.

 “Existe una fuerte tendencia hacia la búsqueda y estudio de fósiles en el hemisferio norte, lo que provoca que se llegue a conclusiones erróneas en cuanto al origen de los grupos biológicos”, explica Matthew McCurry, paleontólogo del Australian Museum Research Institute y de la Universidad de Nueva Gales del Sur.

Steve Trewick, profesor de la Universidad Massey, afirma que “hay interrogantes sobre la manera en que las biotas del hemisferio sur se formaron y evolucionaron a lo largo del tiempo geológico. Las especies fósiles de insectos de agua dulce, tan diminutos y frágiles como el Telmatomyia talbragarica, son escasas y resultan cruciales para que podamos interpretar la historia de la vida en nuestro planeta”.

El estudio de los especímenes fosilizados combinado con la genómica ayudará a comprender si la dispersión de estos insectos después de la fragmentación de Gondwana fue más pasiva o activa. Los datos resultantes serán sin duda de valor para la compresión y conservación de la biodiversidad actual.


Referencia

Viktor Baranov, Matthew R. McCurry, André P. Amaral, Robert Beattie, Steven A. Trewick. The oldest Gondwanan non-biting midge (Diptera,Chironomidae, Podonominae) sheds light on the historical biogeography of the clade. Gondwana Research. Doi: https://doi.org/10.1016/j.gr.2025.09.001