Colecciones Científicas de la ICTS Doñana: un archivo de la biodiversidad mundial al servicio de la ciencia

En la sede de la Estación Biológica de Doñana, en la isla de la Cartuja de Sevilla, se conserva una de las colecciones científicas más importantes de España. Las Colecciones Científicas de la ICTS Doñana cuentan con más de 140.000 especímenes catalogados procedentes de todo el mundo y constituyen un recurso esencial para la comunidad científica, una ventana al pasado para analizar a largo plazo los cambios que se producen en la naturaleza. Son un archivo de biodiversidad único en el mundo, al albergar la mayor colección mundial del lince ibérico, lobo ibérico y el águila imperial ibérica, entre muchas otras especies emblemáticas.
Este repositorio está organizado en seis colecciones distintas: mamíferos, aves, herpetológica (anfibios y reptiles), peces, invertebrados y un herbario. Su valor radica tanto en la rareza de algunas especies como en la amplitud de sus muestras a lo largo del tiempo y el espacio, lo que las convierte en un recurso clave para estudios de conservación y evolución de la biodiversidad.
Desde su creación, estas colecciones han servido para documentar la variabilidad genética de diferentes especies, su distribución geográfica y los cambios en sus poblaciones a lo largo del tiempo, entre otras muchas cosas. Personal investigador de todo el mundo recurren a este repositorio para analizar la evolución de la fauna y flora mundial, así como los impactos del cambio climático y otras presiones ambientales sobre la biodiversidad.
Las joyas de la corona: linces, lobos y águilas
“En estas colecciones hay cosas comunes y raras con series muy importantes, que recogen una muestra en el espacio o en el tiempo muy amplia”, destaca Carlos Urdiales, conservador y responsable técnico de las Colecciones Científicas. “Esto tiene más valor desde el punto de vista científico que tener algo muy raro que aparece por primera vez en España.”
Las Colecciones Científicas de la ICTS Doñana son referencia internacional en especies icónicas de la fauna ibérica. Entre ellas se encuentra el lobo ibérico, con 750 ejemplares, y el águila imperial, que cuenta con más de 80 preparaciones de piel y huesos, junto a más de 100 huevos de esta especie. Además, albergan 650 ejemplares de lince ibérico, una cifra muy superior a la de otras instituciones españolas. Los estudios basados en estas muestras han sido claves para diseñar estrategias de conservación y gestión de estas especies emblemáticas. “Quienes deseen investigar sobre estas especies, es imprescindible que acudan aquí” enfatiza Urdiales.
Uno de los valores más importantes de estas colecciones es la calidad con la que se registran y preparan los especímenes. Cada espécimen incluye información detallada sobre su origen, hábitat y estado de conservación, lo que permite realizar análisis comparativos a lo largo del tiempo.
La importancia de estas colecciones radica en su capacidad para responder a preguntas fundamentales sobre la evolución y el estado de conservación de las especies. Estudios basados en ejemplares de estas colecciones han permitido identificar cambios en la distribución geográfica de diferentes especies, analizar patrones genéticos y evaluar el impacto de actividades humanas en los ecosistemas.
Un legado con historia
El origen de las Colecciones Científicas de la ICTS Doñana se remonta a 1965. El profesor José Antonio Valverde, director y fundador de la recién creada Estación Biológica de Doñana, quería que España estuviera a la altura de otros países europeos en la creación de colecciones científicas que permitieran realizar estudios ecológicos a largo plazo. Sus colecciones personales, en su mayoría de aves y mamíferos, que había ido recopilando a título de personal desde los años cincuenta sentarían las bases de una de las colecciones científicas más importantes del país.
Durante las décadas siguientes, la colección creció exponencialmente gracias a la labor de José Antonio Valverde y el segundo director de la Estación Biológica de Doñana, el profesor Javier Castroviejo. Entre 1976 y 1988, el este último impulsó numerosas expediciones científicas en España y otros lugares del mundo que contribuyeron significativamente a su expansión. Se incorporaron especies de diversas regiones, aumentando la representatividad de los ecosistemas ibéricos y otros entornos internacionales.
Recientemente, las Colecciones Científicas de Doñana han dado un nuevo paso al incorporar nuevos grupos taxonómicos. Aunque en sus inicios las colecciones se centraron en grupos vertebrados, en 2021 se añadió una nueva colección de invertebrados y en 2022 un herbario, con colecciones históricas de la flora de Doñana, lo que ha permitido ampliar la perspectiva ecológica de las colecciones.
“Las colecciones de historia natural de los países son patrimonio de la humanidad, de gran importancia mundial. Todas ellas constituyen la referencia física material de la biodiversidad del planeta y esto justifica que se guarden muestras espacio-temporales de especies”, destaca Carlos Urdiales.
Las Colecciones Científicas, en continuo crecimiento
Actualmente, con más de 140.000 especímenes catalogados, estas colecciones siguen creciendo y consolidando su relevancia para la investigación en biodiversidad. Siguen ampliándose periódicamente con aportaciones procedentes de expediciones científicas, donaciones de instituciones, colecciones personales, centros de recuperación de fauna, zoológicos y decomisos. La ICTS Doñana, además, cuenta con autorización de la Junta de Andalucía para recoger y preservar especímenes clave para la investigación.
“Un espécimen que preservemos ahora podría ser muy útil para la ciencia dentro de cien años”, explica Carlos Urdiales. El proceso de incorporación de nuevos ejemplares es meticuloso y sigue estrictos protocolos científicos. Cada espécimen es registrado con datos precisos de localización, fecha de recogida y circunstancias de su hallazgo. Posteriormente, se someten a diferentes técnicas de conservación, a través de la preparación osteológica, de tejidos o de preservación en medios líquidos, garantizando su perdurabilidad para futuras investigaciones.
Además, las tecnologías avanzadas han permitido informatizar parte de las colecciones, facilitando el acceso remoto al personal científico de todo el mundo. A través de bases de datos especializadas, se pueden consultar registros detallados, fomentando así la colaboración científica internacional.
El CSIC cuenta con varias de las colecciones científicas más importantes a nivel nacional. Además de las de la Estación Biológica de Doñana, cuenta con las del Museo Nacional de Ciencias Naturales o las de la Estación Experimental de Zonas Áridas, entre otras. En un contexto de crisis climática y pérdida de biodiversidad, las Colecciones Científicas del CSIC representan un legado insustituible para las generaciones futuras. Su preservación y desarrollo continuo son fundamentales para garantizar que la ciencia siga disponiendo de herramientas para comprender y proteger el mundo natural.
Sobre la ICTS Doñana
La ICTS Doñana, infraestructura dependiente de la Estación Biológica de Doñana - CSIC, es el mayor laboratorio de campo de Europa y una herramienta de investigación para la comunidad científica. Da apoyo a la investigación en Doñana y sirve para generar información determinante para una buena gestión y conservación del espacio protegido. Es un lugar único para investigar la ecología, la evolución y la conservación de la diversidad biológica y el impacto del cambio global.
Esta infraestructura proporciona alojamiento, laboratorios, equipamiento, espacio de oficina y apoyo científico, técnico y logístico a los investigadores. Los proyectos de acceso son aprobados por el Comité de Acceso de la ICTS Doñana.
Las Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares son instalaciones únicas y excepcionales en su género. Desarrollan investigaciones de vanguardia y de máxima calidad y actúan como centros de transmisión, intercambio y preservación del conocimiento, la transferencia de tecnología y el fomento de la innovación. Son infraestructuras de titularidad pública reconocidas por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, singulares y están abiertas al acceso competitivo. Actualmente hay 29 ICTS en España y cada cuatro años son evaluadas por un comité asesor.